domingo, 29 de abril de 2012

Callar la verdad No cambia la Realidad

Como sabes, ahora no me encuentro trabajando y por decisión personal he optado por salir lo menos posible de casa con dos finalidades importantes: la primera no tener que hacer gastos hormiga  o gastos innecesarios (papitas, refresco, café, agua, o cualquier otra chuchería que se me atraviese y no pueda resistir comprar) y la segunda porque de alguna manera soy de la idea de que si no tiene a que salir a la calle no salga, algo así como si no lo necesita no lo compre.

Dada la situación anterior he tenido más oportunidad de leer cuidadosamente algunas de las manifestaciones de mis contactos de redes sociales y no puedo dejar de sentir una especie de angustia ante la imposibilidad de estar al tanto de todas las cosas que suceden en el país. Por un lado tengo la impresión que somos sometidos a una cantidad exorbitante de campañas políticas (por cierto bastante huecas en lo que se refiere a propuestas)  y por otro lado siento que la velocidad a la que se generan  injusticias en el país es inverosímil como para que algún candidato tenga propuestas suficientes para dar respuesta a las múltiples problemáticas que se tienen en el país, es como si viviéramos en una realidad desfasada de la realidad, lo que la convierte en una pseudo-realidad, es decir, algo que "es" pero a la vez "no es", (aclaro no estoy fumando nada que altere mis niveles de racionalidad o percepción de la realidad, los cigarros mentolados no han logrado conseguir eso).

Lo cierto es que el contraste se hace evidente para mi, cuando en el facebook tengo una serie de contactos que leo como si estuvieran al margen de todo lo que ocurre en el contexto histórico al que pertenecemos, mensajes como: "hoy comida familiar", "todo fluye", "la vida es justa" dan cuenta de esto, eso sin incluir los mensajes de la moda de poner letreritos en los muros con leyendas que contienen mensajes que ellos quieren decir pero que de alguna manera alguien más ha pensado y entonces terminan publicando un mensaje que en lo que yo llamo pseudo-realidad les corresponde, es decir es su publicación, pero en la realidad  no es de ellos. Lo mismo aplica para aquellos contactos que por alguna razón han hecho su bandera la "lucha contra la injusticia" y sólo terminan convirtiéndose en una especie de "repetidoras" de noticias de las injusticias de las que como pueblo, somos sujetos o bien en una serie de personas que se encuentran inconformes con todo lo que represente cierta autoridad (poder). Probablemente tú que me lees, podrías pensar que la solución sería depurar mi lista de contactos en redes sociales, por aquellos que publiquen y compartan mensajes con más "sustancia",  y entonces me surge la siguiente pregunta:

¿Cuál sería entonces esa "sustancia", si los que viven la vida al margen de todo cuanto ocurre al rededor, también  forman parte de la pseudo-realidad y los que viven involucrándose en todo también viven en eso que llamo pseudo-realidad?

Me resisto a pensar que la única opción sea vivir la propia vida involucrándose a medias, es decir, sólo viviendo en función de lo que a uno le interesa, el trabajo, la familia, los hijos, los amigos y sólo cuando ocurra algo lo suficientemente grave, que afecte el estadio de alguno de estos aspectos se volteé la vista a ver que el daño ya ha sido concretado, sobre todo porque eventos como la muerte de periodistas, niños y activistas no tienen posibilidad de ser corregidos.

Creo que más allá de saber por qué candidato votar, o a quien tener en la lista de contactos de las redes sociales, como personas debemos replantearnos que lo que afecta a uno, nos afecta irremediablemente a todos y que no se puede vivir al margen de lo que ocurre en el momento histórico, que el país necesita de nosotros como personas comprometida con nosotras mismas porque de una u otra manera terminarán afectando al resto.
En tanto me declaro indignada ante la muerte de la periodista Regina Martínez de la revista Proceso el día de ayer en Xalapa, Veracruz, con la esperanza de que las indagatorias sucedan lo suficientemente rápido como para evitar que se convierta el día de mañana en un apartado más de la pseudo-realidad en la que vivimos, porque callar a los que dicen la verdad de la realidad del país no cambiará la verdad.









2 comentarios:

  1. Es verdad, no podemos quejarnos de una pseudo-realidad si no somos capaces de hacer algo o si continuamos ignorando.

    Saludos!!

    @}-;-,--

    Monnyed

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  2. La persona más importante de mi vida en este momento es periodista. Y me duele saber que decir la verdad sea tan minimizado en estos tiempos - llevado a un nivel tal que aquel que la dice pueda ser asesinad@. Es indignante, pero vuelvo a decirlo. La solución está en la sociedad, no en el gobierno.

    http://heroismoagonizante101.wordpress.com/

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