Desde que nacemos todos los seres humanos damos por hecho que es a la madre a quien corresponde amar y cuidar a los hijos, mucho se ha escrito al respecto de los roles que juegan el padre y la madre en el proceso de formación de la personalidad del niño, en ellos se coincide y toma como normalidad que la madre lleva sobre sí la tarea de fortalecer la parte emocional del infante para que cuando éste crezca se encuentre en posibilidad de establecer vínculos funcionales a nivel emocional con el entorno; sin embargo cuando por factores atípicos se altera el orden natural y ocurre lo contrario a lo esperado en estos términos, el desarrollo y relaciones psicosociales del individuo se alteran de tal forma que las relaciones se empiezan a tornar un conglomerado de situaciones que representan un campo de batallas constantes hay que librar, que van desde las necesidades básicas hasta las emocionales y de identidad con la finalidad de garantizar la supervivencia física y emocional. Cuando se ha logrado llegar a la edad adulta bajo este escenario y los procesos de emocionalidad positiva del sujeto se ven en gran medida cubiertos por personajes ajenos a la madre, ésta se convierte en un elemento del cual se puede prescindir por doloroso y cuestionable que socialmente parezca.
Atravieso por un momento complicado en lo referente a la relación con mi madre, afortunadamente a lado de mi madre vi cubierta mi supervivencia física aunque no puedo decir lo mismo en el plano emocional, esta ocasión mi instinto de supervivencia me lleva a tratar de racionalizar los procesos que vivo con ella en última fechas, la emoción nuevamente me rebasa, el dolor que se materializa en una opresión de mi pecho me exige alejarme, cuidarme y protegerme. Como se puede ver a distancia la relación con ella nunca ha sido un tema sencillo de abordar en este blog, desde que lo recuerdo el vínculo entre nosotras siempre ha estado entintado por el conflicto, la manipulación, la culpa y el dolor ya sea porque históricamente compartimos memorias de dolor bajo circunstancias muy similares o porque la incapacidad de expresarnos afectivamente ha sido una constante a lo largo de esta relación.
No me extraña que ella que ha padeciendo la ausencia del vínculo materno sea quien a estas alturas y en este preciso de mi vida me propina uno de los dolores más grandes y de confusión que haya podido sentir.
Hace unos días mi madre buscaba desesperadamente unos documentos, la desesperación y la aprensión por encontrarlo la sumió en un cuadro psicosomático que termino en diarrea, yo la llame y traté de tranquilizarla, me ofrecí incluso a unirme a la búsqueda de los papeles tratando de transmitirle una sensación de tranquilidad sin saber que al hacerlo me implicaba en un proceso más de dolor a superar.
En la desesperación mi mamá ofreció una recompensa para quien encontrara los documentos en cuestión, asegurando que previamente había revisado documento por documento en su oficina de la casa. Sorprendentemente y alentada por la recompensa encontré en menos de 5 minutos los papeles en cuestión. Me entrego la recompensa y dada la situación en la que económicamente me encuentro la acepté gustosa.
Al día siguiente regrese a casa de mi mamá y jamás pensé encontrarme con un escenario como el ayer por la tarde.
Dado que tengo llaves de la casa de mi mamá desde hace más de 5 años, me exigió que se la regresara previo a que lanzara sobre mi la acusación infundada de que yo había sustraído esos papeles en su ausencia, los había traído a mi casa y los había regresado al saberla angustiada. Porque de acuerdo a lo que ella dice, antes de ofrecer la recompensa había buscado cuidadosamente papel por papel el folder azul en el que ella recordaba los había puesto. He decir que yo no me aboqué a buscar un folder, me aboque a buscar los documentos que finalmente encontré en un sobre manila color amarillo.
En ese momento empece a sentir como mi cabeza se sentía que giraba como las aspas de un ventilador tratando de articular un razonamiento que me permitiera defenderme de tal acusación, solté en llanto, mi lengua temblaba y fui silenciada de cualquier tipo de defensa por el argumento de que 20 años atrás luego de hacer una travesura, jurara y perjurara que no había sido yo la responsable de ello, aunque hasta hace pocos años acepté y reconocí haberlo hecho. Me increpó que durante todos estos años he seguido siendo la misma y que no he cambiado en lo mínimo, ella decidió perder de vista que que en aquel entonces era una adolescente y hoy soy una mujer y que mis circunstancias de vida no son ni en mínima parte las mismas que las de entonces.
Luego de sentir que la cabeza se me convertía en una especie de ventilador que no cesaba de girar, y de intentar por todos los medios que mi mamá cambiara de opinión le dije que no quería volver a saber nada de ella en mucho tiempo, le pedí a su esposo que respetara mi postura y que se limitara de avisarme al respecto de cualquier acontecimiento con mi mamá. A ella le dije que la última parte de familia que le quedaba además de mi abuelo y su esposo la había perdido en ese momento. Le entregué sus llaves y le dije que le haría llegar el dinero que me dio por encontrar los papeles.
Entiendo que las relaciones que algunas manadas de animales son realmente parecidas a las de los seres humanos de modo que sé que cuando un integrante de la manada no siente que le está siendo reconocido su lugar en la manada éste lo demandará a costa de todo. El caso de mi mamá es muy similar, su historia de vida le ha llevado a reclamar incansablemente su lugar en la manada, y dado que nunca le fue concedido de modo que en una especie de mecanismo de sobrevivencia, instintivamente encontró en la rebeldía el modo de luchar con sus propios y escasos medios la forma de sobresalir siempre en todo cuanto hizo. Así logró batallar en un momento de su vida con tres empleos dos hijas y una lista considerable de parejas equivocadas y en el camino también consiguio cierta consolidación económica y social en su momento que más más adelante le dio la posibilidad de ayudar a los demás miembros de la manada y el reconocimiento esperado nunca le fue concedido dado que la estructura familiar siempre estuvo comandada por mi abuela paterna que siempre vio en ella un espejo de la primera mujer de mi abuelo.
Con el tiempo esa necesidad de reconocimiento también fue trasladada a la relación que tuvo con nosotras sus hijas y dado que se refiere a una batalla interna, nunca hubo en mi caso cosa que hiciera que fuera suficiente para hacerle sentir lo mucho que la he querido y reconocido durante todos mis años de vida. Es cierto que nosotras sus hijas tenemos personalidades contrastantes entre sí y que al menos en mi caso no he sido la mujer más amorosa que una madre pueda esperar tener por hija pero tengo claro que esa siempre será una constante mientras ella no trabaje internamente aquello que debe subsanar por sí misma.
Desafortunadamente mi hermana que hace tiempo se dio cuenta de esta situación, estableció una relación más familiar con el resto de la familia y se alejo de mi mamá. En el transcurso de dio el lujo de cometer algunas indiscreciones de comentarios de mi mamá que lejos de acercarla a la manada la segregaron más.
En ultimas fechas lo que sé es que mi mamá fue careada con mi hermana frente a mis tíos para demostrar que había hablado de ellos de no muy buena forma, de modo que entiendo mi mamá no debe estarla pasando muy bien. Sin embargo, conociendo a mi mamá y su método probado de supervivencia ella caerá en rebeldía nuevamente y se alejará de todo aquel que no esté de acuerdo en su postura.
En lo que a mi respecta como mecanismo de defensa a mi propia supervivencia y estabilidad emocional he decidido mantenerme en la postura de no saber nada referente a ella ni bueno ni malo, ella estará bien y yo tengo que ocuparme de mi propia estabilidad emocional que por estos días se encuentra realmente desequilibrada. Me hizo dudar de mi misma y de lo que soy capaz de hacer, es decir, si los padres saben quienes y que clase de hijos tienen y ella es capaz de pensar que soy capaz de eculubrar una situación como la que ella plantea entonces yo podría ser una especie de ser humano desalmado capaz de propinarle premeditadamente un dolor de ese tamaño, cosa que por supuesto no es verdad.
Deprimida, de capa caída y con una ala rota en este momento me doy cuenta de que hay gente que me conoce mucho más y que no me ha dejado comprarme la imagen que tiene mi madre de mí misma, ellos y ellas mis amigos esta ocasión tendieron su oído y cariño para no dejarme caer en el precipicio de los fantasmas históricos de mi madre.
No sé que pasé el día de mañana, sé que para muchos podrá ser bastante cuestionable el hecho de que decida alejarme de mi mamá de esta forma, sin embargo es lo que me dicta mi sentido de sobrevivencia, de modo que solo espero que Dios la guarde a ella y que una vez más no me desampare de su protección porque vuelo con una ala rota pero me sostiene la verdad de saber que El Creador de Todo lo que Es sabe quien Soy.
