domingo, 15 de septiembre de 2013

Episodios de mi Profesión Parte II

Muchas cosas han pasado desde la última vez que pasé por aquí hasta esta noche del 15 de septiembre en que poco hay que se pueda festejar de manera personal. 

Pues luego de recorrer las regiones correspondientes al levantamiento de imágenes, me reintegré a las actividades de oficina en donde una vez más como balde de agua me cayó la realidad, muchas de las impresiones que recogí en las regiones de Tequila, Coscomatepec y Orizaba contrastaban de forma implacable en mi cabeza y en mi corazón. Me hicieron recordar a la adolescente inmadura e irreverente que un día fui, inconsciente incluso de mis bendiciones y de mis obligaciones como hija, como ser humano y como ciudadana, esto después de escuchar a un joven de no más de 18 años decir con el alma viva y los ojos llenos de ilusión que el había decidido integrarse a esa dependencia porque pretendía hacer algo por su comunidad y por su gente... que yo lo recuerde jamás por mi cabeza paso semejante pensamiento, será a caso que la vida de los jóvenes de ciudad se encuentra al margen de una realidad paralela que vive la gente de provincia? Si la respuesta a la pregunta anterior es afirmativa, que sirva pues para aplacar las voces que hoy me reclaman por ser parte de una estructura de trabajo que solapa el desfalco de recursos en una dependencia federal con principios y misión incluyente para todas aquellas regiones desfavorecidas del país.

Aún cuando la fecha de entrega del ambos videos estaba pactada para 15 días después del levantamiento de imágenes, alguien, (siempre hay alguien) se entrometió asegurando que se podía entregar el producto final en una semana. Aún pese a los esfuerzos que hice por que se respetara la fecha pactada inicialmente para garantizar la entrega de un producto de calidad, resultó que lo único que pude conseguir fue que me sacaran del proyecto de manera arbitraria y sin derecho a explicación alguna. 
Lo peor vino cuando ante mis ojos se mostró el resultado final del trabajo y que poco y nada tenía que ver con el proyecto original, el proyecto que me pertenecía había sido saboteado y no pude hacer absolutamente nada para evitarlo. En lo referente a la revista el trabajo fue presentado sin mencionarme, sin crédito alguno. Sin pena ni gloria para mi ni para mi esfuerzo.

Semanas después una de mis compañeras más cercanas fue obligada prácticamente a renunciar como producto de la antipatía que existía entre ella y el Delegado, aún cuando los resultados de su trabajo siempre fueron intachables, cuando hubo que sacrificar a alguien la elegida fue ella. 
Las cosas en la delegación se han tornado tan complicadas que he tomado la decisión de presentar mi renuncia en próximos días. Habrá que empezar de nueva cuenta, pero me quedo con esos momentos en que pude sentir que fluía de manera natural al desempeñarme haciendo las cosas que me gustan y para las cuales estudié. 
A manera de balance personal puedo decir que el desafío que representó para mi venir Jalapa, ha sido superado, la convivencia con mi hermana ha sido tan buena, que insiste en que me mude a vivir aquí de manera definitiva, según ella es más factible que encuentre un empleo en  Jalapa que en México, aunque lo agradezco yo tengo claro que no es mi deseo permanecer en esta ciudad; sin embargo la prueba con ella fue superada.
En lo referente a los apegos y miedos que vencí para venirme a esta ciudad en las condiciones en las que lo hice, el desafío también ha sido superado.
Probablemente el punto en el que me quedo debiendo a mi misma es en el que tiene relación con mi carrera, me queda de experiencia no volver a trabajar con políticos bajo ninguna circunstancia. Mi hermana me cuestionaba constantemente al respecto de mi evolución o involución en ese trabajo. 
Al día de hoy  aunque de manera prematura todavía,  puedo decir que ni lo uno ni lo otro, que si bien no evolucioné, tampoco me convertí en aquello que señalo, más bien considero que esta ocasión me representa un estancamiento a nivel profesional, una pausa, pero no un retroceso, pues de alguna manera pude entrar en ese mood de sentir que no me equivoque de profesión, que hay cosas inherentes a mi personalidad que por hoy me facilitan el desempeño de mi carrera me dedique o no a ella. 

Personalmente puedo decir que este desafío fue superado y que el que me espera de vuelta a la Ciudad de México tendrá que ver no con que no se rompa la rama que me sostiene sino con mi capacidad de elevar mis alas. 



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