sábado, 11 de octubre de 2014

Manifestando Cambios con Sabiduría

¿Cuántas veces hemos escuchado a especialistas de feng shui decir entre las recomendaciones que traen prosperidad que para dejar que cosas nuevas se aproximen debemos sacar aquellas que tiene un año que no usamos? 
Creo que no soy la única, pero sin duda esta ocasión tengo testimonio de ello, me queda claro que para cualquier incrédulo de las manifestaciones energéticas esto podría responder a una serie de "coincidencias" que no requieren mayor atención. Sin embargo, dada mi formación entiendo y sostengo que en esta vida y en este plano nada ocurre por casualidad. 

Como resultado de la problemática que se presentó con mi mamá todas las cosas que guardaba en su  casa me fueron regresadas en un par de cajas, en ellas encontré agendas de años anteriores, trabajos escolares, copias de lecturas de la universidad, libros y cosas que sin duda ya no tienen ni tendrá uso en mi vida. Me puse a romper y a sacar, a decir verdad me sirvió un poco para liberar un poco de la ansiedad que me han generado tantas cosas inesperadas, con entero uso de mi juicio me di a la tarea de sacar al menos 40 kilos de basura de mi casa. Hacer eso con objetos materiales es relativamente fácil para una persona que vive en un espacio pequeño y que no tiene mucho lugar en donde guardar cosas.
Sin embargo, cuando se trata hacer limpieza emocional las cosas se tornan sin duda un poco más complicadas, porque para ello primero debemos reconocer la responsabilidad que tenemos en cada situación que hemos vivido, ponerle nombre a los sentimientos y entonces empezar el proceso de selección de lo que vale la pena seguir sintiendo y de lo que solamente ayuda a que determinados episodios de la vida no se cierren y entonces vivamos regodeándonos en el pasado que nos lleva a ser personas con una gran carga de rencor.

Pues bien... el asunto con Luis ha representado sin duda alguna uno de los episodios más importantes en lo que al tema de parejas se refiere  después de mi relación con el Sr. X, son muchos los ingredientes que alimentan mi frustración en esa relación sobre todo por el hecho de que las circunstancias que nos llevan a vivir en lugares diferentes no entran dentro de las cosas que uno pueda controlar tan fácilmente, si bien el tema se basa en decisiones sé que el hecho de que Luis no aceptara irse implicaría automáticamente su salida de la empresa cosa que evidentemente no sucederá.

A pesar de saber que todo en este plano de existencia ocurre por una razón, me estaba costando mucho trabajo aceptar que aunque no lo entendiera las cosas estaban pasando por algo. De pronto me veía a mi misma sin trabajo, llena de deudas, abandonada de alguna manera por el hombre que amaba , con problemas con mi madre, y un panorama nada promisorio. Era como tener el remedio y no saber como aplicarlo, mi frustración y desesperación no dejaban de crecer, hubo gente que me invitaba de dejar que las cosas fluyeran y se manifiesten en Orden Divino, a pensar que tal vez esta era solo un prueba que sortear para que pudiéramos estar juntos, en fin, el asunto dio al traste cuando el mismo Luis me hablaba de ello queriendo tranquilizarme ante mi negativa de aceptar la situación.  Reconozco que me dio mucho coraje, ¿cómo era posible que con tanta tranquilidad me hablara del Orden Divino cuando lo que pasaba representaba para mi un gran dolor?  Simple y sencillamente ahí estaba yo en todo mi esplendor en un acto de total rebeldía negándome aceptar (una vez más), lo que la vida me presentaba, sufriendo, enojada con la vida y sin poder dejar de llorar. Pedí a Dios que me permitiera ver el beneficio que esta situación traía a mi vida. Y un día desperté entendiendo que si yo me seguía aferrando a un momento determinado en que las cosas con Luis eran de otra forma, sería equivalente a querer guardar a toda cosa esas agendas y lecturas de mi vida escolar, nada de lo que yo esperaba se manifestara en mi vida podría llegar si continuaba en esa actitud, ni mi trabajo, ni una mejoría económica, ni una estabilidad emocional, NADA.

De modo que empece por agradecer el hecho de tener durante todo un año a un hombre que de alguna manera cuido mis espaldas, me alimentó cuando no tuve que comer e incluso me hizo sentir amada como hace mucho tiempo no lo sentía, me mostró que mi corazón estaba listo para volver a amar después del encontronazo que me di con el Sr. X, Le puse nombre a lo que sentía y entonces logré dejar de llorar en primera instancia. 

De manera paralela, las cosas con un proceso de selección para un empleo en el que estaba siendo considerada se habían estancado y de manera instantánea los cambios empezaron a manifestarse, aún cuando inicialmente me había dicho que mi ingreso a la empresa en cuestión estaría sujeto al resultado de la entrevista con el nuevo manager, de un día para otro me llamaron para decirme que esa entrevista ya no sería necesaria, que pasarían al tema de la investigación de mis referencias laborales y que si todo salía correcto se iniciaría mi proceso de contratación. 

Sorprendida sin duda me encuentro en este momento, pocas veces he tenido oportunidad de ver tan claramente la mano de Dios operando en mi vida de manera tan rápida y sorprendente,me reconozco como una persona sintomática que refleja los cambios existenciales en la materia, ello no significa que haya dejado de querer a Luis, y tampoco que las cosas en lo que refiera a él vayan a cambiar (al menos no por ahora) sin embargo entiendo que debo dejarlo ir el tiempo y la energía que ello me representa para poder dejar que cosas mejores se aproximen a mi vida, obvio el reto no se limita únicamente a él, sino a dejar de caer en esos procesos de rebeldía que tanto me caracterizan que me atan involuntariamente al pasado y que contienen energéticamente mi porvenir, ahora  me encuentro esperando la llamada en la que me informen qué documentos debo presentar para mi contratación, sigo con el corazón maltrecho pero con la firme esperanza de que mejores situaciones de vida se aproximan a mi vida, de modo que espero que mi siguiente post sea en referencia a esa nueva aventura.