sábado, 28 de septiembre de 2013

Armando el Rompecabezas de mi Vida

Bueno tengo una semana de haber llegado de nueva cuenta al D.F. y recién he retomado el control de mi casa, después de que la chica que vivía conmigo se fue, ahora sólo falta retomar el control de mi vida nuevamente. 

No han sido muchas las sorpresas que encontré a mi regreso, pero sin duda que me hacía falta estar en mi casa, en mi espacio si tomamos en cuenta que el riesgo de encontrar el departamento vacío estuvo latente durante todo el tiempo que estuve fuera de casa, el saldo de pérdidas fue solamente un juego de vasos, una maceta y una figura de nadal que me regaló mi madre en mi último cumpleaños que quedo mal pegada y toda maltrecha. 

Aunque debo admitir que los primeros días me empezó a invadir el miedo por estar sin trabajo, sin roomate, con solo un mes de sueldo y un mundo de deudas en las tarjetas de crédito,  también estoy en obligación de comentar que mis amigos me han ayudado mucho para no decaer y ello me ha llevado a mirar en retrospectiva y darme cuenta que en el mismo sitio que estaba hace un año estoy ahora, si, tal vez en las mismas circunstancias pero sin ser la misma persona y que lo que me toca hacer es simplemente recordar cómo fue que la última vez me arme para sobrevivir el último año.

Después de todo no puedo dejar de sentirme un tanto fortalecida, haberme aventado a irme a Jalapa en las condiciones en las que me fui sin duda me ayudó a conocerme mejor ha saber de que estoy hecha y sin duda para reafirmar que soy una mujer que no esta dispuesta a pasar por encima de valores que tengo muy definidos y asumidos, ante la promesa de un puesto en el sector público o una mejor condición económica, digamos que en estos meses pude conocer los límites a los que puedo llegar y bueno si bien, en la parte laboral las cosas no salieron como lo esperaba y no fue tan próspero mi regreso, en o que se refiere al aspecto personal, sume sin duda sume.

El reencuentro con mi hermana sin duda fue tan significativo para mi que bien valieron los malos momentos que pasé en esa dependencia. Volver a abrazarla  y decirle que la quiero valió cada una de las veces que vine al D.F. y me resistía a regresar. 
Así que ahora que lo que puedo decir de ese viaje a Jalapa es que si bien  no sumé económicamente hablando, si sume en lo personal aunque en lo profesional tal vez y sólo tal vez me pude haber estancado, y digo "si y solo tal vez" porque el rompecabezas de mi vida aún tiene muchas piezas por embonar, así que por el momento no me queda de otra más que sumir el peso de mis decisiones. 











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