martes, 20 de marzo de 2012

Hoy nos miramos a los ojos

Nada menos hoy 20 de marzo México pudo revivir el fantasma de miedo que dejo terremoto de 1985 cuando una gran parte del Distrito Federal colapsó dejando una estala de muerte y desesperanza. El sismo de hoy con epicentro en Ometepec, Guerrero con una escala de 7.9° Richter, en donde afortunadamente no hubo pérdidas humanas ni daños mayores, fué la oportunidad que tuve para recapacitar en un acto inconsciente pero sin duda importante: gran parte de los mexicanos volvímos a mirarnos a los ojos durante y después del sismo.

Aún cuando interculturalmente el acto de mirar a los ojos a una persona tiene diferentes significados y éstos también dependen del contexto en que se generé el acto de mirar, el evento del día de hoy, me deja de manifiesto, lo que en otro momento pude leer y según yo asimilar, que estar en contacto cotidiano con un gran número de personas gracias a las redes sociales, el clima de inseguridad desatado en los últimos años dentro del país y el cambio en los patrones de comunicación, han impactado la forma en que los seres humanos entablan relaciones con otros seres humanos, como lo es el que se lleva a cabo por medio del intercambio de miradas: la vista el lenguaje corporal más sutil.

De modo que surge en mi la reflexión respecto al gran número de sensaciones que dejamos de experimentar, al evitar involuntariamente el contacto visual con otro ser humano. Jean Paúl Sartre sugirió una vez que el contacto visual es lo que nos hace real y directamente conscientes de la presencia de otra persona como ser humano, ya que encontrarse con los ojos muestra una clase de especial entendimiento e identificación con el otro. Es decir podemos llegar a detectar por el tacto, olfato y el oído la presencia de otra persona pero para aquellos que no tenemos una debilidad visual, la confirmación del otro la tenemos a partir de la vista, de ahí que se dice que la realidad social entra por los ojos, entendiendo que ver y mirar implican cosas y fenómenos diferentes.

Hoy durante el sismo, la gente que se encontraba en las calles  buscaba la mirada del otro, como si se tratara de un método para calmar el miedo, la ansiedad, la sorpresa y en muchos casos la desesperación ante semejante manifestación de la naturaleza;  recuerdo haberme encontrado con los ojos de un taxista que al percatarse del movimiento telúrico, detuvo su auto en seco y se bajo del mismo buscando casi desesperadamente la mirada de otra persona que le confirmara que lo que sentía era real. Cuando el movimiento cesó y me dirigía a la oficina, pude detectar en más de uno ea necesidad de mirar a otros, tan segura estoy como de que son miradas que ya he visto antes, la de un niño que no entiende por completo lo que ocurre pero que encuentra consuelo en los ojos de su madre,  la angustia de un padre por intentar comunicarse con los suyos, la señora que salió rezando para que su inmueble no se colapsara, el empleado bancario que recordó que antes de cuidar de los bienes de otros,  protege su vida, la mirada del ser humano solidario que trataba de dar tranquilidad a una persona con crisis nerviosa, en fin... hoy pude ver un poco más allá de todas esas personas que cotidianamente puedo toparme en el camino a la oficina pero con las cuales el día de hoy compartí un poquito de lo que sentían aún sin ellos proponérselo.

Y si, el día de hoy termino con una nota  un tanto melancólica, porque en el momento de hablar con mi madre para saber cómo y dónde estaba, pude imaginar la angustia y el temor en sus ojos mientras repetidamente decía: estoy  bien, estoy bien, aún cuando su tono de voz me decía lo contrario y más tarde no tuve oportunidad de verla, recordé los ojos de mi ex y aún cuando hablamos y me dijo estoicamente que se encontraba con bien sentí temor de no volverlos a mirar ni mirarme en ellos, escuche a mi abuelo y recordar su mirada me dio tranquilidad, la tranquilidad de saber que ese momento de angustia pasaría. Pero a ninguno le pude ver en persona.

Por la tarde a mi regreso de la oficina, el fenómeno fue similar, detecte que casi sistemáticamente las personas buscábamos contacto visual los unos con los otros, entrar al metro con el anuncio de constantes réplicas de alguna manera nos hermanaba en esa extraña sensación de no tener la  certeza  respecto a si el evento se repetiría con la misma o menor intensidad mientras estuviéramos dentro, hasta que la atención requerida para descender disipaba la conexión con el otro. Aunque estoy segura que de ser un poquito desinhibidos el camino a casa hubiera  estado acompañado de un intercambio interminable de cómo vivimos el suceso.

¿Tú has sentido temor de no volver a mirar los ojos de alguien?
¿Acaso estoy tan inmersa en mi misma que hasta hoy pude constatar lo que anteriormente había leído?
¿Qué transmitieron tus ojos el día de hoy?

2 comentarios:

  1. El día de hoy fue el motivo para que muchos reflexionaran sobre cosas que se han dejado de hacer...el día de hoy una vez mas se confirma lo vulnerables que semos...hoy mas que nunca me queda en claro que debo aprender a vivir ..de amor y disfrutar

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  2. Transmitieron exactamente lo mismo, angustia y miedo desesperado, pero al mismo tiempo un consuelo que buscaban esas otras miradas, que pedían a gritos un: "Ayúdame!"...

    Vaya reflexión, muy buena!! Me quedo con la mirada de miles de personas que sin decir una sola palabra pudimos comunicarnos más que nunca!! =)

    Excelente nota!! =D

    Atte

    Monnyed

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